martes, 1 de mayo de 2012

GUERRRERO 2012

En unas horas me voy a Guerrero, a hacer trabajo político. Ahora me encuentro escuchando a Zitarrosa para inspirarme (mentira, lo escucho siempre). Tengo algunas preocupaciones existenciales pero, por el momento las clausuro para volcarme en la responsabilidad que me han encomendado (Guerrero es uno de los estados más pobres de mi país). Desde niña he tratado de ocultar mis desgracias con una "cortina de humo" de movimientos sociales, organizaciones políticas, teorías y prácticas más o menos revolucionarias. Este momento es tan parecido a esos tantos (no es lo mismo, pero es igual, dice Silvio Rodríguez). Momento de madurar, tiempo de ser invisible para confundirme con tanta rabia y tantas ganas de salir adelante aquí, en mi país. En este país mío está empezando un fin de semana largo ("puente" que le decimos) que junta el día del niño, el día internacional de los trabajadores con el 5 de mayo (batalla de puebla donde "vencimos a los franceses"). Así somos: nos encanta vacacionar. Yo me largo de esta ciudad con sus sueños de señorita decente, de esta urbe de lámparas encendidas toda la noche y música sonando siempre, taladrando mis oídos (mis vecinos ahora mismo escuchan música electrónica a un volumen que me hace querer suicidarme con galletas remojadas en leche). Viajamos de noche, por una carretera de apretadas curvas, hasta llegar a Tlapa de Comonfort, ciudad entre las montañas. Nos reciben de la mejor manera y yo con esa especie de "nudo en la garganta": el pánico escénico que me da cuando hablo en público sobre todo si se trata de un público tan importante como las comunidades indígenas de mi país (no es la primera vez, me digo, pero como si lo fuera). Tocamos tierra para desayunar en casa de E. y nos reparten a las comunidades que vamos a visitar para compartir la experiencia que se tuvo en la capital con los programas sociales. A mí me tocan, el sábado, las comunidades de Ixcuinatoyac y Tlahuapa, en el municipio de Alcozauca. En la primera, después de un rato se reúnen más de 80 personas la mayoría adultos. Los hombres están serios y las mujeres se ríen porque uno de mis aretes está chueco (no me entero sino hasta el final). Digo mi "discurso" (me hubiera gustado preparar algo más fregón pero con la experiencia basta), tomo cinco ejemplos de programas sociales y los expongo. Me traducen al mixteco y agrega el profe: "venimos con nuestros propios recursos, con mucho gusto. No venimos a repartir nada. Viene C. desde el DF a nombre de AMLO (gulp!) con gusto desde el centro". Y se avienta un largo discurso en mixteco. La lengua de la lluvia me arrulla y me mece aunque las risas que el profe les saca a los asistentes me mantienen bien alerta porque estamos hablando de la experiencia, de los programas sociales y de la importancia del voto y su defensa. En Tlahuapa, lo mismo con un poco menos de personas y el doble de calor. El Inge se da chance de hacer chistes de Peña Nieto (yo solo entiendo: Peña Nieto y jijijiji de los asistentes). Las comunidades responden: No hay escuela, todo lo tienen que pagar. Estamos con Andrés Manuel, no hay división. Manden el mensaje de que el pueblo está abandonado, el puente no sirve. Llego a casa de E a las seis de la tarde, no pensé que me iban a dar de comer tanto y tan rico. Duermo 12 horas para "reponerme". Despierto a las seis del domingo y bajo las escaleras en silencio para no despertar a la familia que nos acogió. Fumo mientras escribo este relato con el amanecer de marco teórico. Ese día me toca la comunidad de Tototepec, municipio Tlapa, donde está desde hace seis meses la policía comunitaria (que honor, pienso). Me reúno con el comisario y dos de su equipo, me piden que sea el sábado la exposición porque por principio se tiene que juntar el equipo y por consenso permitir la plática a toda la comunidad. El profe que me acompañó ese día y yo, de igual forma expusimos ante estos tres compañeros lo que veníamos a decir. Sin embargo queda pendiente la reunión para la siguiente semana. … Continuará…

domingo, 8 de mayo de 2011

Cronicuchas desboicoteadoras.

¿Cuáles crónicas? Me pregunto mientras pienso en el Ponciano. Las que le prometí o las que he querido hacer desde que cayeron en mis manos Monsiváis y sobre todo Ibargüengoitia. ¿Qué me detiene? saber.

Domingo de mayo, marcha silenciosa por mi ciudad, por mi calle, en mis rumbos. Después de ver pasar la PFP en 2000, hoy veremos pasar la marcha nacional con la fabulosa y mexicanísima “estamos hasta la madre” y a dos días del diez… ¡madre santísima!

Bruno y yo dormimos y despertamos con las mismas caras de cualquier día laboral (él con una modorra perruna y yo con una pereza enorme que me dura más o menos 15 minutos)

Estar un domingo despierta a esta hora de la madrugada me recuerda otros domingos de mayo, marcados por la inexorable presencia de la madre (así le dice mi conciencia)

Desde una ventana que da al jardín de mis infancias me miro niña sonriendo, adolescente observando, joven soñando y ahora pensando en el futuro con mi nescafé a la mano. Por cierto que pensar cansa eh?

Por supuesto que este silencio que comparto con los marchistas, me lleva a reimaginar la marcha de 68, aquella que yo viví tumbada en una cama prestada allá en el ranchito donde crecieron mis padres. En ese entonces, apoyada por mi maestra de problemas sociales de México y armada con los libros que compraron mis compañeras me leí lo que había disponible.

Ahí me hice amiga de Pablo Gómez y enemiga del “Pino” (¿o al revés?), me encabroné con la traición de Perelló, me enamoré de González de Alba… Pero sobre todo me vi rodeada del ambiente estudiantil sesentero, me imaginé liderando una brigada callejera, lloré y lloré con Elena y los testimonios de La Noche de Tlatelolco (bueno aquí vale decir que años antes me deshice en lágrimas con La Cabaña del Tío Tom, purititito drama, desde Remi).

Así se me apareció la política: al revés.

Como explicarte Bruno, que pasé de leer cuentos de piratas y aventuras de corsarios al “Cuba para Principiantes” de Rius.

Así, como si nada, me fui forjando una “identidad izquierdoza” a lo largo y ancho de los kilómetros que separan a la UNAM de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (y ahí, cabe aclarar que es en serio: de vivir en una privada cerca de CU en el distrito federal, pasamos a vivir en una casita a tiro de piedra de la UAEM).Esa identidad “empírica” me causa ahora muchas molestias porque siento que agarré esas historias y me la puse como si fueran un chaleco
o un uniforme
o un estandarte
(o una original y talentosísima defensa ante una vida inexplicablemente rota a los ocho años)
y luego…
Y luego???????
(espero que este no sea el fin...)

lunes, 13 de septiembre de 2010

AMIGOS ESPEJOS


Encontrándolos a ustedes, me voy encontrando, conociéndoles me conozco. Sin embargo, estos últimos años nuestros reflejos nos han deslumbrado y cegado haciéndonos transitar del amor al odio, de regreso y al infinito.
Hoy me decido a escribirles a ustedes dos. Ambos han ocupado estúpidamente casi todo el centro de mi vida. Que no suene a reproche, entiéndase que asumo completamente mi responsabilidad en el asunto. Pero como esta es mi carta, debo decir sin que suene a grito desesperado que a los dos los he amado con locura y desde la locura, que a los dos les regalé mi tiempo, mi esfuerzo, mi cariño, mi dedicación, mis atenciones, mi mirada…
Claro que han sido amores distintos y sin embargo tan absolutamente iguales desde mi, que me fueron llevando de la mano a la especie de vacío que siento ahora y a esta necesidad de decirles en sus caras lo que pienso exactamente de cada uno y si me da tiempo, lo que pienso de mi ahora.

Ojalá pudiera olvidar los nombres, los rostros, las voces, las historias. Ojalá pudiera simplemente apretar la tecla delete…Pero como no quiero, ni puedo olvidarlos pues ahí les va. Empecemos cronológicamente.

………..
…….
….
...
.

A...
Ya ni se que decir. Me queda un silencio aterrador, frío, hiriente. Pienso en ti, en tus ojos en tu voz, en tu mirada, en el sabor de tus labios como espadas, en la alegría que tuvimos al conocernos, al encontrarnos, al conectarnos. Ora si que ¿qué nos pasó hermano?

Platicando con medio mundo de ti, pensándote, sufriéndote todos, todos los días desde hace tres años… y claro la pregunta del millón es: porqué. Sinceramente yo no se y créeme "cuando te diga que el amor me espanta..." (Noel N. Cubano)

B...

Me quedé con tantas cosas que decir, con la palabra en la boca y el corazón en las manos. Tenemos tres largos años de camino. Sí, momentos compartidos, de esos dulces, feroces y tiernos recuerdos que parece que sólo las mujeres podemos registrar.

Al menos en tu caso, esa maldita incapacidad de hablar conmigo, de mirarme… que se yo, la verdad es que mi memoria no tiene nada que ver con la tuya y para el caso ni mi mundo, ni mi lenguaje, ni mi mirada, ni mi cuerpo, ni mis vanos y patéticos esfuerzos lograron romper la gran coraza que te hiciste, te hicieron o lo que sea.

Por eso mi querido y ermitaño amigo no te perdono todavía ese malbaratar tanto tiempo, tanto chance, tanta vida, tantas cosas que podíamos, que parecíamos tener en común. De cualquier forma sigo cantando mi canción fresa y bachatera, canturreando por la vida que bendito Dios por encontrarnos en el camino y lalalá. En fin, entre muchas cosas quizá el más duradero regalo que me hiciste fue el gato, los tapones y la expedita forma en que me enseñaste a manejar.


-agregado de último momento-

C...
Tengo miedo, como dice el del video… quiero y no quiero que me hables, quiero y no quiero conocerte… me gustas (Joe) pero, pero, pero. Ojalá representes en mi vida tan sólo una muestra de lo que he evolucionado y crecido y que dios me ayude a no irme de boca como tantas y tantas y tantísimas veces lo he hecho.Igual, estoy agradecida por tu intromisión abrupta y violenta en mi vida, espero tener la capacidad de seguir riendo, jugando, hablando y pensando, tal como soy, así como quiero ser y quiera el destino que lo hagamos juntos el tiempo que se pueda.

(agréguense suspiros domingueros por el mensajito que no llegó ¿?)

------------------------------------------------------------------------------------
D.
Cómo crees?......................................................................
Auch. Yo se que solita me hago mis ilusiones chafas y sé de consecuencias (vaya si sé) pero el nuevo dato que descubrí me dejó con más dudas de las que ya de por si tenía. Me cae que es bueno el sospechosismo y que definitivamente como dicen por ahí “el miedo es un aliado, una señal de alerta".
Esperando que Dios me siga ayudando, me retiro no sin antes desearle una feliz vida.

Febrero 23/2010
Cecilia Rejón Baz

miércoles, 18 de agosto de 2010

MENUDO EL REENCUENTRO













Eres como una predicción de las buenas
Eres como una dosis alta en las venas
Y el deseo gira en espiral
Porque mi amor por ti es total
Y es para siempre.
S.

Cuatro años, dos malentendidos, desasosiego, distancia y dudas. Eso había quedado entre nosotros, además de la culpa bizarra que sentí después de abrir mi gran bocota. Cuarenta y ocho meses pasados entre el olvido y los sueños, abro la cuenta de liliana, que estaba a punto de hacer desaparecer y me encuentro con un escueto mensaje: 35 golpes directamente de tus dedos hacia la red que habría de reunirnos.

No lo creí al principio, dudé, me pregunté cómo o porqué, hasta llegué a pensar en algo grave… no sé: era demasiada felicidad, demasiado fácil. Tecleo unos garabatos y recibo respuesta casi inmediata y cuando menos lo espero estoy hablando contigo, con el tono amoroso de nuestros mejores días. Me cuentas que te separaste al fin, quedamos de vernos, tengo miedo… todo este tiempo creí que me odiabas.

Viernes millonario, a falta de plan me voy con la pequeña a echar trago, vienes por mi… me tiemblan las piernas y el corazón. Al final te veo, más maduro, más guapo, nervioso tu también. Llevamos a Marie Anne a su casa y vamos manejando rumbo a tu casa, al lugar que pensé nunca volver a pisar.

Estamos solos cara a cara. Hablamos, no se cuanto tiempo pasa, aclaramos las cosas del pasado. Entonces, cuando te platico de mis amores fallidos, te cambia la expresión del rostro, te acercas a mí, me tomas las manos. Se acercan nuestras bocas, sentimos la respiración del otro e iniciamos este reencuentro con un beso largo, largo, eterno. No se puede más, nos levantamos en un abrazo que desprende nuestras ropas en un instante.

De pie, abrazados, totalmente desnudos volvemos a reconocernos, el recuerdo animal de nuestros cuerpos fundidos, el instinto que huele a madera, a pasado, a felicidad. Es ese momento, en que me recuestas, me besas, me tocas y yo, atónita hago lo mismo disfrutando como si fuera ayer, como si no hubieran pasado tantas cosas, tanto tiempo.

Disfrutamos del amor que nos tenemos y del deseo que habíamos guardado por años. Sabios, nuestros cuerpos reaccionan uno con el otro como antiguos compañeros, como camaradas, logrando que las oleadas de placer se hicieran más intensas a medida que cabalgábamos en el carrusel de nuestro deseo. Pero hubo un algo diferente.

Dormir a tu lado, soñar en tus brazos, en tu cama. Despertar escuchando tu respiración agitada, poder observar tu sueño, disfrutar de la vista de tu cuerpo desnudo, tendido y visible en toda su extensión, puesto ahí sólo para mi deleite. Darme cuenta de que, contra mis costumbres, estoy desnuda yo también, sin ese pudor que no me había abandonado ni contigo. Fueron momentos muy especiales, mágicos.


Hasta que despiertas, me abrazas, me besas y me vuelves a hacer el amor con más cariño, con menos sorpresa pero con más alegría y yo no puedo creer que esté pasando así, sin prisas, sin ese sabor de lo prohibido que le había puesto picante a nuestra relación pero que ya me tenía angustiada y harta. Disfruto muchísimo más, si me concentro puedo volver a percibir el olor de tu sexo, nuestros olores confundidos, mis manos recorriendo, aferrándose a tu espalda, mis piernas cruzadas sobre ti: abrazo de fuego, de tierra mojada, de aguacero.

Nos dimos hasta el lujo de bañarnos y salir a comer, dormitar en el parque, platicar de lo bueno que hubiera sido tener un hijo juntos, de lo hermoso que habría salido el escuincle y lo fácil que hubiera sido para nosotros criarlo juntos. Te recuerdo la vez que en el súper nos dijeron “qué bonita pareja hacen, qué bonita niña tienen” y yo llego a la conclusión de que realmente debimos encontrarnos antes y hacer una vida juntos, pero quién sabe…

En fin mi querido Juan, mi tan queridísimo amigo, ¡qué bueno fue encontrarte de nuevo! Y qué bueno que seguimos queriéndonos quizá más que antes, no se, que el tiempo diga. Por el momento yo agradezco a la vida este reencuentro, espero que se repita y que las cosas, Juan, te salgan bien siempre.

martes, 10 de agosto de 2010

ENTRE DOS AGUAS (O EL ¿PERRO DE LAS DOS TORTAS?)


Hace cuatro años que estoy enamorada de un individuo que es incapaz de amar (o por lo menos a mí) y si algo siente ha sido tarea titánica que lo demuestre, sin embargo además de gustarme mucho -hasta el asco- su conversación, sus bromas, su música y el sexo a cuenta gotas me han tenido en este estado de atarantamiento tanto tiempo. Con él aprendí cosas desagradables como “no ser cursi”, “no me gustan los dramas” etcétera.

Por otro lado, por aburrimiento o esperanza, conocí a un ciudadano que no es guapo, que es berrinchudo (en mi casa ya le decimos “el dramas”) que me contesta y me dice “chaparrita” y que tiene tantos bríos sexuales que hasta yo me canso!!!

Y yo ando de aquí para allá, pidiéndole al universo: ¿no podrán mutar y convertirse en uno solo? Porque, por ejemplo en el sexo, el primer ciudadano tiene unas maneras maliciosas: besos afilados, una brusquedad excitante, en fin, detalles que satisfacen mi propia perversidad y que no se enseñan: se viven y se gozan. ¿no se podría crear un ente que conjuntara perversidad con briosidad?

Como soy una romántica incorregible y se me anda diluyendo la idea del príncipe morado, aquí ando, jugándole a la valiente y temeraria (por aquello de conocer tipos que encuentro en internet). Pero me pregunto, oseeeaaa cómo es la onda, ¿será cierto lo que me dicen mis abuelitas postizas del trabajo, que si no ando buscando el amor llegará a mi vida mágicamente?

También me han dicho que le haga oración al intermediario entre Dios y los hombres, cosa que no dudo, pero desgraciadamente mi fe no es del tamaño de la semilla de mostaza y además soy acelerada, radical e impaciente (mea culpa).

Así pues, ando navegando con mi bandera de p… no es cierto ¿o si? bueno, de temeraria, esperando que mi barco no se hunda y que no se me caiga el hueso al riachuelo.

He dicho.

lunes, 9 de agosto de 2010

EL MEJOR AMIGO



Hace un año y medio me compré un Volkswagen blanco, como nuevo, con un motor que hace un ruido finito, finito. Se ha convertido en mi mejor amigo y manejar en una de las cosas que más me gusta hacer; me ha servido de refugio cuando llueve, incluso he echado unas ricas siestas en el asiento trasero (además de aquella noche…)

Cómo soy intrépida, sólo tomé dos clases y media de manejo, impartidas por el buen Oscar hasta que un día me rebelé a sus precauciones y huí con mi auto, en la noche (sin luces ja!) desde Xochimilco hasta mi casa en Coyoacán. Ahí es donde empezaron las aventuras.

El primer día que tuve que cargar combustible me pasé de la gasolinera y se me hizo muy fácil echarme de reversa con todas las ganas pero auch! No vi un poste y ante la mirada atónita de los que atienden me fui a embarrar olímpicamente, dejando grabado el rojo amarillo del poste en la memoria y la carrocería de mi coche.

No se a quien se le ocurrió estacionar durante mil años una pesera en la calle de Panteón –donde está la que era mi querida oficina- la cosa es que en mis intentos por estacionarme me fui estampando y estampando hasta que en las cuatro salpicaderas quedó constancia de mi aprendizaje y un color verde espantoso.

Durante una larga temporada y gracias a las obras de la línea “dorada” del metro, tuve que hipnotizar al bocho y hacerle creer que era un vehículo todo-terreno. Él hizo su mejor esfuerzo por transitar entre baches, tierra, pedazos de concreto, charcos y demás lindezas lo que nos trajo como resultado un par de llantas con clavos enterrados y un quejido de los amortiguadores que me recuerda aquellos días en los que la avenida Tlahuac estuvo convertida en una auténtica jungla de asfalto.

Cierto día en que transitábamos por San Lorenzo, se apagó el coche y mientras trataba de volver a encenderlo, noté que otros conductores gesticulaban y me decían no se que cosas que no entendí hasta que alguien gritó: ¡¡SE ESTÁ QUEMANDO!! Así que me bajé cuando las llamas sobresalían por las rejillas del compartimiento donde está el motor. Acomedidos automovilistas se detuvieron y trataron de apagar el fuego con coca-cola, tierra y agua sin éxito hasta que un ángel citadino llegó con un extinguidor y se acabó el siniestro. Cuando recuperé el aliento y el color de la cara me di cuenta que no solté para nada el cigarro que me venía fumando.

Acudieron presurosos en mi ayuda el Pollo, Alejandro e Isaías que llegaron cuando ya no había que hacer, pero me ayudaron a empujar el carro hasta estacionarlo en la oficina.

Una época me dio por violar sistemáticamente la ley: los viernes, por mis polainas salía por la mañana y me iba de la oficina a las 9:30 nomás porque estoy en desacuerdo con la babosada del hoy no circula; deje de hacerlo cuando un tamarindo me detuvo y me dijo “échele criterio jefa”: le tuve que dar 100 pesos.

La última aventura fue en el karmatico Pantitlán. Supongo que algún compañero tuvo la genial idea de recargarse en alguna de mis salpicaduras abolladas. Como había que ir a la estúpida oficina, pues cargué con mis compas: la güera Elisa, Martha, Rosita (que es la onda), doña elenita y lupita que según iba a ser mi copilota y al final me hizo dar vueltas por esa bendita colonia (reitero: si no tiene nada que hacer, ¡¡¡¡no vaya para allá!!!!).

Total que en una vuelta se me quedó el volante a medias y el coche atravesado sin poderme mover ni pa´ tras ni pa´lante. (casi me da un infarto: creí que era la dirección) La lupis, que también es la onda, se bajo muy rompemadres y me dijo: orita consigo un martillo manita –porque la llanta se atoró en la salpicadura- en ese momento pensé “ingüesu ésta le va a dar con singular alegría”

Gracias a la providencia, un santo señor carpintero, al ver que los golpes de lupita no servían de nada, sacó una tabla y le enderezó su cachete a mi pobrecito carrito, en fin llegamos a la bendita oficina sin más eventualidades.

Para no abrumar a mis millones de lectores, termino diciendo que hubo más sustitos (como cuando me quedé sin frenos de bajada de puente de Taxqueña y Tlalpan o las múltiples veces que tuve que “charolear” con mi credencial de gobierno para salvarme de infracciones etcétera)

Termino diciendo que mi bocho y yo le pedimos fervientemente a Dios que nos alcance el fondo de ahorro para recobrar la dignidad y la autoestima de mi mejor amigo.

P:D: la foto es de cuando todavía no caía en mis manos el bochín…

viernes, 23 de julio de 2010

OJOS DE NOVIEMBRE



Esos ojos de aceituna, claros y precisos
Aquellos que conocí en noviembre
Iluminan la noche cuando ríen
Y al mirarme me estremecen.

Ganas de perderme en el verde bosque
Ganas de no encontrar salida
Quedarme bebiendo la lluvia de tus ojos

Sumergirme en la laguna, platicar con las algas…

Y es que cuando me miras palidezco
vivo buscando la señal en tus ojos
La posibilidad, la ventana de tu alma
Mi reflejo iluminado por amor

Cómo me voy a olvidar de ti
Si eres la playa en que descanso
eres las nubes de este verano
eres hermoso, como lluvia con sol

Nunca sabrás cuanto te amo.